lunes, 11 de mayo de 2015

Israel y Palestina en una semana



Viajar a Israel es más que un viaje religioso. Musulmanes, judíos y cristianos comparten sus vidas, entremezclándose en las ciudades, confundiéndose en los barrios. Saber quién es quién es muchas veces complicado. Uno que parece árabe pero habla hebreo, otro que no lo parece y habla árabe. Jerusalén en el centro de todos ellos. ¿A quién pertenece?.


Llegamos a Jerusalén en un tren procedentes del aeropuerto de Ben Gurión en Tel aviv.
A mediodía el barrio musulmán de la ciudad vieja estaba en plena actividad. Daba la sensación de estar en otro país árabe más con un zoco atestado de gente comprando ropa, telas y comida.

Cargadas con nuestras mochilas y con la sensación de estar de nuevo como en casa fuimos guiadas a través de las callejuelas a nuestro hotel.

Un día entero visitando la ciudad da para mucho y nada de lo que hay te resulta desconocido. Jerusalén es un lugar de calles y lugares que forman parte del mapa de tu recuerdo, de tu infancia.



Muro de las lamentaciones
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Peticiones en el muro




El muro de las lamentaciones se llena a todas horas de fieles y turistas. Me sorprendió la cantidad de mensajes de oraciones y peticiones que dejan los judíos en el poco espacio que queda entre las piedras.


Monte de los Olivos


Desde Jerusalén se pueden hacer excursiones de un día a Belén y Ramala en autobús. La mejor manera de desplazarte por el país es en autobús. Sólo tienes que fijarte si viajas en sabbat (desde el viernes por la tarde hasta el sábado por la tarde) porque en sabbat los judíos no trabajan. Así que si quieres viajar ese día tienes que utilizar transportes musulmanes. 

Me llamó la atención en Nazaret que se construyeran dos iglesias en lugares distintos, una cristiana y otra ortodoxa, para conmemorar un mismo hecho; la anunciación de la virgen. La Basílica de la Anunciación se edificó en un sitio en el que, según la iglesia católica, tuvo lugar este hecho y a unos metros de distancia los ortodoxos construyeron una pequeña iglesia sobre un pozo donde, según ellos, la virgen recibió el mensaje. Me gustó más la iglesias ortodoxa (la segunda de la foto de abajo).












La ciudad de Haifa, en el norte de Israel, es una desconocida para el turismo. 
Estuvimos dos días después de haber visitado la fortaleza medieval de Acre. 
Haifa está a unos 90 kilómetros de Tel aviv  y es una ciudad con mucha luz situada a los pies del Monte Carmelo, además de ser un lugar de peregrinación para los fieles del Bahaísmo, una nueva religión de origen persa que data del siglo XIX. 

En el Monte Carmelo se encuentra un lugar de culto y los preciosos jardines bahaíes que se extienden sobre 19 terrazas formando jardines colgantes. 





Pegada a Tel aviv está la ciudad de Jaffa, uno de los puertas más antiguos del mundo. Hoy en día está lleno de galerías de arte y artistas que exponen sus obras en la calle. 
Desde Jaffa a lo lejos se ven las largas playas de Tel aviv y la forma curvada de su costa.



Jaffa

Tel aviv al fondo desde Jaffa


Nuestra ruta fue:


Día 1 : Madrid a Tel Aviv. Coger tren a Jesusalén. 

Día 2: Jesusalén

Día 3: Desde Jerusalén excursión a Belén en bus. 

Día 4: Desde Jerusalén excursión a Jericó y Ramala.

Día 5: Nazaret 

Día 6: Desde Nazaret a Acre para visitar la antigua fortaleza de los cruzados y coger bus a Haifa. 

Día 7: Haifa. Ver el templo Bahai y los jardines persas.

Día 8: Desde Haifa a Tel Aviv. Vuelo a Madrid.

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